domingo, 12 de junio de 2011

Modificaciones que se realizaron en las representaciones, conceptualizaciones y creencias iniciales sobre el uso de la narrativa para aprender historia.

La narración no es una mera descripción de un acontecimiento.
La narración es un modo de razonar la historia, una forma de construir y dar inteligibilidad a la realidad.
La narrativa es una modalidad del pensamiento, profundiza en el conocimiento histórico; estimula una forma de aprender que implica el desarrollo de competencias propias del pensamiento histórico.
La narrativa implica una comunicación dialógica, un modo de razonar la historia de manera que el alumno puede apropiarse del conocimiento al darse cuenta de que no sólo se trata de interpretar los libros, sino que a través de la reflexión va a recrear la realidad histórica que nunca es definitiva.
Lo importante es llevar de manera gradual al alumno a construir el conocimiento histórico. La narrativa logra captar el interés de los alumnos y su disposición hacia el conocimiento.
La verdadera narrativa incluye una trama, personajes con acciones, en un espacio y tiempo determinado; la narrativa da la posibilidad al alumno de reconstruir a partir de la comprensión.
El docente debe tener la capacidad de narrar, debe promover una conversación informal, expresar las ideas con sus propias palabras y no olvidar que es el “cuestionamiento” lo que hará que el alumno ejerza un juicio crítico y reflexivo que lo lleve al desarrollo de competencias propias del pensamiento histórico.
En conclusión la narrativa puede incorporarse perfectamente al diseño de situación – problema para el aprendizaje de la historia ya que hacer una narración conlleva que el alumno lea, razone, genere hipótesis y tenga una comunicación dialógica con los otros; es decir la narrativa es un modo de razonar y reconstruir la historia.

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